lunes, 21 de julio de 2008

"Cuando algún viajero extraviado pregunta por el camino a seguir, es muy reprochable indicarle un rumbo falso y luego dejarle marchar solo, pero carece de importancia si se compara con el daño que se hace a alguien a quien se le impulsa a perderse por las rutas de su alma. Al viajero extraviado le queda, por lo menos, el consuelo del paisaje, casi siempre variado, que le rodea y la esperanza de que a cada recodo encuentre el buen camino; pero quien se desorienta en su Yo íntimo, queda recluido en un espacio muy angosto y en seguida vuelve a encontrarse en el punto desde el que partió y va recorriendo de continuo un laberinto del que comprende que no podrá salir".
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Diario de un seductor, Sören Kierkegaard

2 comentarios:

Unknown dijo...

siempre nos quedará el hilo de Ariadna para salir del laberinto.

El llano Galvín dijo...

Hola Elvira!!

Es cierto, siempre hay algún camino para salir de los laberintos o de cualquier problema, aunque a veces cueste encontrarlo.
Lo pasé muy bien el sábado, gracias!!!