Conocer los verdaderos rostros de las personas que habitaron en otros momentos históricos siempre es fascinante, al menos para mí, así que poder observar sus retratos es una suerte. En el mundo romano existe un lugar donde se han descubierto numerosos retratos que van del siglo I al IV d. de C.; como siempre en estos casos es Egipto, ya sea en el Oasis del Fayum, en Antinoopolis, en Arsinoe o en otros puntos. Además de permitirnos conocer los rostros de las personas que habitaron el Egipto romano son una fuente inagotable de información acerca de la pintura de caballete de la Antigüedad, ya que se encuentran pintados sobre tabla o lienzo, con las técnicas de la encaústica o el temple.
Destacar un retrato por encima de los otros es muy difícil porque todos son fascinantes, incluso en aquellos en los que el retrato es tan simple que parece una auténtica caricatura. Quizá para mí uno de los más bellos es éste, el retrato de Aline, albergado en el Ägyptisches Museum de Berlín. Esta mujer vivió en Arsinoe (actual Hawara) y fue enterrada junto con su familia, su marido y dos niñas, probablemente sus hijas. Se conoce su nombre ya que junto a su cadáver apareció una estela que reza: "Aline, también llamada Tenos, hija de Herodas, fue bondadosa. Adiós, pronto nos veremos", y su edad: 35 años. Este magnífico retrato pintado al temple sobre lienzo cubría su rostro, y la vivacidad del retrato hacen pensar que fuese pintado en vida o que copie otro retrato realizado en vida de la retratada. Aunque se atribuye al período trajáneo (98-117 d. de C.) su peinado parece muy anterior, el utilizado en el período julio-claudio (h. 25-50 d. de C.), por lo que hay discusión en cuanto a la fecha de ejecución. Se pintase en unos años u otros la calidad técnica de la obra es indiscutible.
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