lunes, 19 de mayo de 2008

El mobiliario romano era muy distinto al actual. Poseían muebles semejantes como mesas, taburetes, sillones, divanes... pero su función no siempre corresponde con los mismos usos actuales. Sin embargo sí presentan muchas analogías con los muebles renacentistas y barrocos europeos, quizá porque éstos sean herencia directa de los desaparecidos muebles romanos.
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Los muebles de asiento quizá sean los más populares por haberse fabricado reproducciones más o menos fidedignas durante los siglos XVIII y XIX, momento de explosión del estilo "pompeienne", y por su muy mal interpretada versión del cine "peplum" y de otras películas más actuales. Sin embargo son otras piezas las que mayor importancia poseían en una vivienda romana y que actualmente son muy desconocidas. Un claro ejemplo de ello es el uso de arcas y arcones de todos los tamaños que poblaban las casas romanas y que tenían muy distintos usos.
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Aunque el uso de armarios era perfectamente conocido y hay numerosísimos ejemplos en las viviendas de Pompeya y Herculano, su uso era minoritario frente al de arcas y arcones. Tradicionalmente era el sistema empleado para almacenar cosas y así queda atestiguado en numerosas referencias literarias contemporáneas griegas y romanas, especialmente en las obras teatrales griegas. Sus tipologías hoy por hoy son desconocidas porque existen escasos ejemplares conservados, sin embargo, podemos hacernos una idea de su imágen viendo las piezas conservadas en Herculano y los arcones reutilizados como sarcófagos descubiertos en Kertch (Crimea, Ucrania).
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Estructuralmente no difieren en nada de los baules y arcones tradicionales, sin embargo poseían una mayor cantidad de adornos y apliques dependiendo de las estancias donde se ubicasen. Así, cuando estas piezas se convertían en muebles de aparato presentes en las estancias más nobles de la casa se adornaban con decoraciones de taracea, apliques de bronce dorado, tiradores muy elaborados, etc., sin embargo lo más común serían piezas sin adornos, lo más un tirador algo elaborado, en general una simple anilla de bronce, como ocurre en el ejemplar arriba expuesto y procedente de Herculano.
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Ejemplares muy elaborados no se han conservado en el área vesubiana aunque sí gran parte de sus adornos, especialmente apliques de bronce en forma de bustos de divinidades o medallones con figuras del cortejo dionisíaco. Sin embargo, podemos hacernos una idea de su imagen viendo los "cassoni" renacentistas italianos, de los que en España podemos ver algunos ejemplares de altísima calidad técnica, o los tradicionales arcones de novia levantinos, adornados con pinturas al temple.
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A pesar de las escasas piezas conservadas quizá sea el mueble que más facilmente podemos recrear viendo los baules de nuestras abuelas o bisabuelas, aunque actualmente tengán una función más decorativa que contenedora de los enseres domésticos.

1 comentario:

Fujur dijo...

El baúl es un motivo para la reflexión... no sé si será por la evidente, e inexcusable, subjetividad del hombre... pero hemos cambiado más en nuestros últimos 50 años que en el resto de los años que nos separán con Roma...

véase en el arado... o, como bien nos ilustras, en los muebles

un abrazo!