martes, 24 de marzo de 2009

Como ejemplo de mueble suntuario muestro este pequeño cofre del siglo I a. de C.-I d. de C. descubierto en una tumba de la ciudad italiana de Capua, que presenta algunas de las características más comunes de dicho mobiliario.
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Sobre un simple cajón de madera, de mayor o menor calidad dependiendo de la pieza en cuestión y del área geográfica donde se produjese, como en el área vesubiana en la que la más utilizada era el abeto alpino o en Egipto el sicómoro, se superponen numerosos elementos decorativos de distintos materiales para componer un mueble de gran valor. La combinación de relieves de hueso con adornos broncíneos, en su día dorados, plateados y nihelados con cobre, convierten la obra en una pieza única y de gran riqueza.
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Garras felinas de hueso, como en este caso, o más comúnmente bronce sostienen el cofre que se decora con la típica anilla de bronce usada como tirador, los discos concéntricos de bronce que rematan los relieves de erotes y la tapa, una cerradura broncínea situada en un lateral y presente en la gran mayoría de muebles del área vesubiana... componiendo un magnífico ejemplo de mueble de tocador, ya que sus pequeñas dimensiones hablan de un joyero o de un contenedor de piezas de aseo.
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Este tipo de piezas de pequeño tamaño son de las que mayor cantidad de ejemplos se han conservado, tanto en madera como en materiales más suntuosos, como marfíl o plata, normalmente funcionando como recubrimiento como en el célebre cofre de Proiecta y Secundo, aunque no siempre era así y éstos se fabricaban con dichos materiales como en el caso del cofre de plata procedente de Tartous (Siria), albergado en el Metropolitan Museum de Nueva York, o en el cofre de marfil en forma de paloma recostada albergado en el Louvre.

5 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Lo que daría para que fuera mío...! Los objetos tienen la virtud de acercanos a las personas. Una entrada muy interesante.

El llano Galvín dijo...

Hola Isabel!!
Me alegra mucho que te haya gustado. Yo también creo que los objetos nos acercan a las personas, al menos nos hablan de sus formas de vida y sus gustos. Lo mismo era el usado por una de tus mujeres romanas ;)
Un beso!!

m dijo...

Sobre todo los que tenemos una vena nostálgica..por cierto que pasa con tus antiguos envíos de imágenes curiosas, ya sabes que me encanta que mandes tus descubrimientos!

El llano Galvín dijo...

Hola cartera!!!
No es que no quiera enviar imágenes curiosas es que no tengo tiempo, ya sabes, y también he perdido la perspectiva de lo que puede ser curioso y lo que no. Intentaré retomar la vieja costumbre.
Un beso, guapa!!!

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Interesantísimo este acercamiento al mundo cotidiano romano. Todos esos pequeños detalles dan idea del modus vivendi de aquellas gentes de antaño. Y justamente el mundo romano llegó a su elevado grado de civilización como consecuencia del lujo. Son estos objetos suntuarios y hasta cierto punto superfluos, los que provocaron el avance cultural y tecnológico. Estupendo y didáctico post, Juan Carlos. Un beso.