"En el cuarto orfanato habíamos concebido la idea de que esperar era una suma. Cuando el tiempo no habla, no come, no duerme, no piensa, no se desarrolla, el tiempo languidece y esperar es el acto de fe que inaugura un segundo lleno de vida. Esta nueva categoría de tiempo debía actuar como una suma, debía ser como dotar a la muerte de una perspectiva, aunque esa perspectiva se lograra con una proyección de sombra. Eso era la espera: una esperanza ganada al tiempo mismo".
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Viaje de estudios, Menchu Gutierrez