domingo, 15 de febrero de 2009

Rara es la ocasión en que en España podemos ver piezas excepcionales dentro de la Historia del Arte Antiguo y ahora tenemos la ocasión con la muestra "Entre dioses y hombres" celebrada en el Museo del Prado de Madrid. Compuesta por obras procedentes del Staatliche Kunstsammlungen Dresden, aquí conocido como el Albertinum de Dresde, y del propio Museo del Prado reune una serie de obras escultóricas de calidad inmejorable, algunas de ellas fundamentales en la historia de la escultura clásica, como la "Atenea Lemnia" de Fidias, la "Ménade danzante" de Scopas o el "Zeus de Dresde", obra atribuida a Fidias o a Agorácritos.
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Dentro de esa magnífica colección me he encontrado una auténtica sorpresa, la exhibición de dos de los mayores hitos arqueológicos del área vesubiana, la Pequeña y la Gran Herculanesas. Se trata de copias romanas de originales clásicos de h. 350 a. de C. que decoraban la scena del teatro de Herculano y que han servido para dar nombre a dos tipologías distintas de representaciones femeninas en la Antigüedad, muy usadas a lo largo y ancho del Imperio.
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Ambas figuras representan a matronas muy idealizadas, que tal vez en origen representasen a una divinidad o a una musa, y que durante el período romano fueron usadas en la representación de personajes de la Corte Imperial o en la representación de retratos funerarios, probablemente en relación a la pudicitias femenina. En el caso de Herculano su asociación a personajes de la Corte o a la nobleza local es difícil dado el grado de idealización de las figuras, por lo que tal vez sean copias muy fidedignas de las obras originales, por qué no las tres Musas citadas por los autores clásicos Nete, Mese e Hipate, que componían las tres cuerdas de la lira de Apolo y que eran adoradas en Delfos. El hecho de que apareciesen tres esculturas en la scena (dos siguiendo la modalidad de "Pequeña Herculanesa") puede que tenga relación con la representación del impulso poético y que se trate de un arcaismo muy culto, tan común durante el reinado de Augusto, momento en el que fueron creadas las figuras, salvo la "Gran Herculanesa", arriba expuesta, que fue esculpida h. 50-60 d. de C., y que tal vez sustituya a una pieza anterior deteriorada.
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Fuese cual fuese el uso de dichas esculturas son bellísimas y de una calidad soberbia, por lo que recomiendo su visita y contemplación, aprovechando que ahora mismo están en terreno español y que el Albertinum de Dresde estará cerrado durante un tiempo por su rehabilitación y modernización.

3 comentarios:

variopaint dijo...

estupendo post...

saludos


M.

El llano Galvín dijo...

Hola Variopaint!!

Muchas gracias por tu comentario!! A veces he visitado varios de tus blogs después de leer algunos de los comentarios que haces a Nubiru, muy interesantes, por cierto.
Un saludo!!!!

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Ay, Juan Carlos, tus post son absolutamente didácticos y qué pena no haber podido dusfrutar de la visión de esas dos esculturas en la propia Herculano, ni tampoco haber acudido a esa exposición en El Prado. Me habría encantado verlas personalmente, junto con esa Atenea Lemnia de Fidias y el resto de las obras maestras que mentas. Y también, qué lástima que su verdadero simbolismo en la scaena del Teatro de Herculano no sea conocido con exactitud y haya que remitirse a unas u otras teorías. Interesantísimo, desde luego. Un besote fuerte, querido amigo.